Este santuario es muy famoso en la geografía leonesa. Está enclavado en la línea divisoria entre las comarcas de Babia y Laciana, a 1280 m. de altitud; a la orilla del camino de Zreicedo que unía antiguamente las dos comarcas que nos sitúan varios siglos atrás. Así reza la canción popular: “Virgen de Carrasconte, Carrascontina, que entre Babia y Laciana estás ponida”.
Escudo Babia. Escudo Laciana.
Los babianos presumen de tener la Virgen en sus tierras, en cambio los lacianiegos dicen que la Imagen mira a Laciana, ya que está construido sobre tierras de ambas comarcas: el camerín de la Virgen, el Altar, las naves laterales, la Cúpula y parte de la nave central ocupan tierras babianas, mientras que el resto de la nave, el coro y las dos puertas de entrada se encuentran en tierras lacianiegas.
Frente a la portada norte del Santuario se encuentra la línea divisoria señalada por una gran piedra milenaria, en la que está grabada una Cruz latina y presenta un agujero que da nombre a la piedra : “ piedra furada” o “peña furada”; ya que en esta zona situaron a los Ligures, cuya presencia sería nominada con dos de los vocablos que este pueblo usaba en su lenguaje habitual: <<Carras>>, equivalente a piedra, y <<Kontos>>, que significa pértiga. Por lo que <<Carrasconte>> se puede traducir por <<piedra alargada>> o <<menhir>>. Podría haber sido el altar o lugar de celebración de cultos religiosos desde tiempos muy antiguos. Cuando se cristianizó la zona, fue cuando se esculpió la cruz. El topónimo y el carisma del lugar eran muy conocidos en el siglo XIII, pues en el año 1270, este mojón fue tomado como referencia por Alfonso X el Sabio al definir los límites jurídicos de las comarcas de Babia y Laciana en el documento denominado “Carta Puebla” , en el que dice lo siguiente: “…Como comienzo por la Caracal de los Baos, y donde la piedra forada de Carascon, y por la Sierra Torona de Goda que parte con Babia…”
Carrasconte debe su origen a los primeros tiempos de la transición entre los pueblos prehistóricos y los que tradicionalmente se consideran pioneros de la Historia de España.
El origen de la advocación de la Virgen se remonta a una tradición oral del siglo IX, en la que se afirma que la Virgen se apareció en este lugar para consolar a un pastor que había perdido a su mujer. En agradecimiento el pastor levantó una pequeña Ermita, en la que se empezó muy pronto a dar culto a la Santina, cabe recordar que el lugar pertenecía a la Diócesis de Oviedo hasta el año 1955. Un siglo después de la construcción de la primera ermita, en el siglo XIII y bajo los auspicios de la Diócesis de Oviedo, surge a su vera un Hospital de peregrinos, donde albergaba a los peregrinos del camino de Santiago que pasaban al lado del Santuario dirección a Villaseca de Laciana, por el camino de Zreicedo, ya que se hallaba al pie de un Camino Real secundario al general de Compostela. El Hospital desapareció en la desamortización de Mendizábal, fue subastado por 11.000 reales y adquirido por Sierra Pampley en 9.000 reales.
En cuanto a la historia escrita la primera documentación que lo menciona es de 1578 aunque se conservan varios documentos fechados en 1602, 1634 y anteriores en el Archivo de Piedrafita de Babia. Se remontan al siglo XVI, en el cual el Arzobispo de Oviedo ordena al Rector del Santuario ampliar el antiguo templo, para construir otro con más cabida, ya que el antiguo era pequeño y estaba muy deteriorado. Las obras del Nuevo Santuario terminan en el año 1747, el actual. Entre los años 1993 al 1996, el Santuario ha sido totalmente restaurado, tanto en el exterior como en el interior.
La obra de la Virgen de Carrasconte es de un artista popular anónimo, hecha de madera policromada, representando a la mujer de aquellas tierras; pero el 28 de julio de 1936, el templo fue saqueado y todos sus enseres terminaron en la hoguera, incluida la propia imagen de la Virgen. También desaparecieron otros objetos, como varias tallas de gran valor como la de Santiago con atributos peregrinos entre otras. La imagen actual es una talla también de madera policromada, coronada y con una luna de plata a sus pies, tallada en 1946 a partir de una fotografía de archivo, y en la que se mejoran los rasgos de la cara.
ORACIÓN A LA VIRGEN DE CARRASCONTE
Virgen santísima, que velas desde la altura de tu Santuario de Carrasconte, por los hombres y mujeres de Babia y Laciana: te consagramos todo nuestro amor y toda nuestra vida, con sus trabajos, dolores y alegrías. Protege a nuestras familias. Bendice nuestros trabajos del campo y de la mina. Guía a nuestros jóvenes. Guarda a nuestros niños. Acompaña a nuestros mayores. Virgen de Carrasconte, Carrascontina, míranos con tus ojos misericordiosos. Amén.
HIMNO A LA VIRGEN DE CARRASCONTE
Virgen de Carrasconte, Carrascontina, que por Babia y Laciana reinas y brillas (Bis).
Alta y limpia la montaña sueña puras tradiciones cantan su amor los vaqueros y rezan en Carrasconte. También los mineros cantan el mejor de sus amores.
Virgen de Carrasconte, Carrascontina, que por Babia y Laciana reinas y brillas (Bis).
La Virgen de Carrasconte es faro de peregrinos, que alumbra vidas y bienes y hace cleros los caminos. Una esperanza que se abre y un amor siempre encendido.
Virgen de Carrasconte, Carrascontina, que por Babia y Laciana reinas y brillas (bis).
--- Análisis ---
El templo protegido por un murete en sus fachadas Sur y oeste, se presenta acompañado de las edificaciones, que a lo largo del tiempo, y a su simplicidad, equilibrio y reposo, surgido como un hecho arquitectónico aislado y robusto con su aspecto Neoclasicista del siglo XVIII.
Presenta una orientación oeste-este a lo largo de su eje longitudinal con una estudiada claridad en los volúmenes. Solamente un pórtico cubierto con bóvedas, a especie de atrio, con arcos carpaneles que fueron cegados con el indudable fin de mayor protección a esta entrada lateral en la fachada Norte, rompe una armonía en la simetría propia del estilo.
La fachada principal presenta un frente de sillería bien labrada, a la que se le adosa una esmerada portada enmarcando la puerta. La iluminación se efectúa con troneras a gran altura. Una espléndida espadaña de cinco cuerpos, rematados con las típicas esferas herrerianas de piedra.
El interior se organiza en planta de cruz latina, diferenciándose de la nave, el crucero y el presbiterio. El solado es de las losas de piedra formando aparejos en rombo en la zona del crucero. La nave central muy sencilla, se cubre con bóveda de cañón modulada con arcos de medio punto en piedra labrada y decorados con un rebaje central en el intrados.
El crucero se cierra con una cúpula de media naranja sobre pechinas decoradas con pinturas al fresco.
Un arco fajón abre el presbiterio siguiendo el ritmo del resto de los arcos. Los brazos del crucero se cubren con bóvedas de aristas enmarcadas por los arcos torales que soportan la cúpula y los formeros de su propia bóveda. A través de dos puertas simétricas se da paso a la sacristía y a dos escaleras de acceso que permiten la subida a un segundo nivel a modo de presbiterio sobre elevado y abierto a la nave como un balcón que se cierra con balaustre de hierro forjado donde se ubica la hornacina de la imagen de la Virgen. Se cubre todo con una bóveda nervada, cuyos cruceros presentan una esmerada decoración de motivos clasicistas.
En el pie de la nave aparece un graderío para el coro de estructura de hormigón de factura reciente y carente de estética.
--- Conclusiones ---
Según la documentación existente el Santuario de Carrasconte tal y como hoy día aparece es el fruto de la ampliación sobre una pequeña capilla, realizada en mitad del siglo XVIII hacia el año 1768. Las soluciones constructivas adoptadas en esta edificación son las usuales de la zona si bien aquí las encontramos resueltas con mayor calidad tanto en el diseño como en los materiales, labrados y acabados. La sillería es de mayor calidad fruto de su más reciente realización y de la mayor cualificación de los maestros encargados de las obras.
La primitiva capilla carecía de bóveda en la zona de la nave y estaba cubierta de teito de paja. Las cubiertas se suceden según la cobertura empleada en cada época de teito a teja para acabar en pizarra.
La zona abovedada se circunscribía a la zona de la capilla mayor que se encontraba cerrada por una verja de madera. El resto de la nave presentaba, vista desde el interior, la estructura de madera cubierta. Delante del altar se protegía el frente con un antepecho de fábrica de mampostería coronado por sillares, hoy día desaparecido.
Estaba dotada esta primitiva capilla de una espadaña en la que se colocó, hasta el año 1639 la imagen de la Virgen tallada en madera. En esta época ya se ordena la construcción de dos pórticos uno para cada comarca, de estructura de madera y cubiertos de paja. Esta primera espadaña se derrumba en el año 1765.
La reconstrucción de la nueva la lleva a cabo el maestro de cantería, dotando al santuario de una bella espadaña de sillares bien labrados y aspecto neoclasicista. Para el sellado de las juntas de esta espadaña se le da un acabado con betún.
En el interior que en un principio se encontraba sin solado y se utilizaba como sepultura de los más pudientes bajo la capilla y del resto bajo la nave. Se le dota de un buen solado de losas labradas de piedra en el año 1808.
Debido a la relevancia que toma el Santuario en la zona y el incremento de fieles así como la restricción de obras benéficas, se amplía el cuerpo de la nave ya casi derrumbado en 1735 y la reparación la dirigen los maestros de arquitectura.
Unos años más tarde se reconstruye el pórtico de la cara norte realizándolo en sillería, abierto por un arco carpanel que más tarde será cegado y cubriéndolo con una bóveda de rincón de claustro.
De la primera y rústica capilla se pasa a una edificación de cierta importancia con sillería bien labrada y dotada de buenos adornos y retablos de todos sus altares.
En pleno esplendor de la edificación en el año 1936 sufre una profanación a causa de la Guerra Civil en la que es totalmente destruido su interior.
Tras varias intervenciones de desigual resultado llega a finales de este siglo con problemas de humedades con graves patologías en los revestimientos de muros y bóvedas así como en la espadaña, colonizada por arbustos que junto con la acción del hielo, perjudican la estabilidad de varios sillares.
Se realiza recientemente una intervención en dos fases, una primera de consolidación de cubiertas, paramentos exteriores, espadaña y la sillería. En la segunda fase se acomete el cambio de revestimiento interiores, la nueva ubicación del altar, instalación éléctrica, drenajes para evitar humedades para capilaridad así como el solado del patio de entrada con losas de piedra labrada.
Confesionario ala derecha.Confesionario ala izquierda. Imágenes santas que observamos en el Santuario.
Bóveda que recubre toda la nave.
Sillares de la época.
Pila de agua bendita. Fuente de la Virgen de Carrasconte.
No deje de visitar el Santuario de Nuestra Señora de Carrascconte.