viernes, 12 de septiembre de 2008

Proseguimos el camino por la Peña Larga (Babia – León)

En relación con el artículo publicado por M. Ledo “La laguna de Babia desde otro punto de vista” en la web No Soy un Dominguero, proseguimos el camino de subida hasta la Peña Larga, uno de los parajes más habituales para la procreación y la supervivencia de una especie, que como sigamos sin cuidarla, llegaremos a conseguir su extinción, estamos hablando del rebeco o rubiello.
Me encuentro en la ascensión a la Peña Larga por la parte de los pastizales que dan a La Laguna donde en épocas de verano es común encontrarse a las ovejas trashumantes que desde antaño vienen a disfrutar de éstos verdes pastos.

Proseguimos con nuestra ascensión hasta llegar a la base de la peña, donde cual es nuestra sorpresa, nos sorprende un rebeco pastando tranquilamente bajo los calurosos rayos de sol. La subida se nos hace un poco dura, ya que entre la vegetación y el calor se hace una ascensión curiosa, pero nuestro amor propio y la curiosidad que nos inunda tras la observación de tan bello animal no nos permite darnos la vuelta, sino proseguir nuestro camino e intentar localizarlo por si resulta que tiene compañía y anda con el resto de la manada, ya que como he comentado anteriormente, nos encontramos en una zona muy habitada por esta especie. Continuamos a lo largo de la base de la montaña hasta casi llegar a su finalización, con lo que nos encontramos con una grata sorpresa y lo que nos hace que nuestra aventura halla merecido realmente la pena, a pesar de todas las complicaciones que nos hemos ido encontrando a lo largo del camino, por fin hemos localizado al resto de la manada.

Observamos cómo juegan los más jóvenes a lo largo y extenso pedregal de la montaña, ya que en esta época del año, sobre finales de mayo principios de junio es la época de cría de esta especie, y donde más podemos observar el hábitat donde estos animales se protegen de los depredadores y suelen habitar, en los pedregales de las montañas.



Estos animales son, bajo mi humilde punto de vista, de los más bellos que encontramos por esta zona comparándolos con el resto de la fauna que son como ellos, ya que también nos podemos encontrar con algún corzo; pero encontramos una gran diferencia entre estos dos animales a parte de las diferencias físicas que hay, el corzo tiene la parte trasera blanca y el rebeco del mismo color que el resto del cuerpo; después de mucho seguir a estas dos especies, y por lo que recalco que los rebecos son los animales más bellos y más inteligentes, por la simple razón que los corzos son bastante “estúpidos”, ya que esta especie, cuando visualiza o detecta algún intruso o ser no identificado, sale corriendo como si se dejara la vida en ello, pero con la sorpresa que no se van realmente, sino que actúan separándose a una mayor distancia y se paran a observarlo, con el consiguiente problema que acarrea que en caso de que sea un cazador, muy habitual en esta zona los furtivos, lo puedan abatir de un solo disparo, aunque también habría que darles las gracias por ser tan considerados con la gente como yo que solamente disfrutamos inmortalizándolos para el recuerdo. Los rubiellos en cambio, actúan muy similar a los corzos, con la diferencia que estos no se paran a observar, si no que ponen pies en polvorosa y desaparecen.


Protejamos la grandiosa fauna que nos acompaña, e intentemos evitar a toda costa el molestar a los animales o lo más imperdonable, acabar con ellos, ya que como consecuencia lo que conseguiremos es exterminar las especies que habitan por nuestros alrededores y desocuparlos de su hábitat natural, ya que al ser molestados estos animales, tienen la peculiaridad que no vuelven a aparecer por esas zonas donde se les veía con anterioridad, con el problema que sobre todo en épocas de cría pueden llegar a abandonar a sus crías llevándolas a la muerte y a la pérdida de este bello ejemplar.


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