Quedamos en el aparcamiento de Cotos para empezar la ascensión, teníamos pensado alcanzar la cumbre en un principio y luego descender por la otra parte pasando por el Paso de los Claveles hasta el Pico del Pájaro, para más tarde encontrarnos con las Cinco lagunas y volver de retorno al aparcamiento, ya que la ruta era circular, por lo que nos daba igual ir por un lado o por el otro. Antes de comenzar a andar, decidimos cambiar el recorrido y empezamos tomando dirección a las Cinco Lagunas. El recorrido en su comienzo se hacía muy agradable ya que transcurría entre un pinar, pero pronto dejamos atrás la agradable travesía y se nos aparecía un camino a lo lejos bajo los intensos rayos de sol que a esas horas de la mañana comenzaban a desperezarse para iluminarnos el trayecto. En nuestro caminar cuál fue nuestra sorpresa cuando nos tomamos de frente con un novillo que pastaba alegremente en su monte, llegando nosotros para molestarle su almuerzo de la mañana, pero como somos un grupo muy bien organizado, le dimos el "capote" a nuestro “torero” Miguel, y sin ninguna dificultad nos lo apartó del camino, primer escollo superado. Continuamos el sendero bajo los avisos que cada poco nos advertían que no abandonáramos el camino, ya que gran parte de la ruta que íbamos a realizar está en proceso de restauración debido a la fuerte erosión que sufre esta zona, y cumpliendo con lo que nos informaban para no estropear más el entorno proseguimos hasta llegar a
Unas hermosas vistas se nos presentaban ante nosotros; de frente la laguna, a nuestra derecha a lo lejos observábamos el embalse de Pinilla y a nuestra izquierda el imponente Risco de los Pájaros junto al Paso de los Claveles. Con las hermosas vistas que teníamos ante nosotros decidimos darnos un descanso y esperar al resto del grupo mientras disfrutábamos de esa belleza, dejando inmortalizado esas sensaciones en diversas estampas del momento para el recuerdo, ya que era un paraje con mucho encanto. El esfuerzo empezó hacer mella en alguno de los miembros de la expedición, y al llegar al lago y descansar unos minutos, decidieron darse la vuelta, y regresar sobre sus pasos, algunos todo hay que decirlo por compromisos familiares, como era el caso de Alex que era su cumpleaños y debía pasar esos momentos con su familia, y otros por diversas cuestiones muy respetables igual, pero fue una pena tener que decirles adiós, pero hasta la próxima aventura. Los pocos que quedamos: Carlos, Charly, Juan Carlos, Walther, Mariu, Ana y yo, aspiramos a llegar a la última dificultad que se nos presentaba ante nosotros, el Risco de los Pájaros, el Paso de los Claveles y el alto de Peñalara. Ascendimos sin muchos problemas hasta el alto de los Pájaros, encontrándonos con la otra parte de compañeros que nos dejaron en un principio para ascender directamente al Peñalara, que tomaban camino de regreso, por lo que volvimos a despedir a otra parte del grupo y desearles suerte en su regreso y proseguir nuestra andadura, pero cuando nos enfilábamos a tomar el Paso, nos topamos con otro caminante que nos estuvo advirtiendo sobre el peligro que conllevaba pasar por el Risco de los Claveles, y tanta fue su insistencia para que no subiéramos; que si había un paso muy estrecho, que si nos encontraríamos cruces de la gente caída, etc., que uno de los miembros decidió darse la vuelta y regresar al punto de origen y juntarse con el resto de la gente que había descendido anteriormente, pobre Charly. El resto, que cada vez nos íbamos quedando menos, enfilamos el Paso de los Claveles con algo de miedo por lo que nos habían contado, pero respiramos, tomamos aire y empezamos la mayor dificultad que se nos presentó. Todo hay que decir que en un día como el que disfrutamos nosotros ese día, y quitando un par de piedras algo complicadas de superar, conseguimos nuestro propósito de cruzar el tan peligroso como nos habían pintado Paso de los Claveles. También habría que destacar, la no recomendación de intentar cruzarlo durante la época de lluvias o de nieve, ya que se hace casi insuperable por encontrarnos entre dos precipicios, uno a cada lado; no es muy aconsejable intentarlo. Una vez superado esta dificultad y con una sensación de satisfacción y tranquilidad por haber conseguido superar este reto, llegamos a nuestra meta del día, el Pico de Peñalara, a
Después de haber repuesto fuerzas y haber llenado nuestros estómagos realizamos el descenso al aparcamiento de Cotos por la senda de Dos Hermanas que nos llevaba a él, donde nos esperaban algunos de los compañeros que nos habían dejado con anterioridad y donde teníamos estacionado los vehículos. El regreso se realizó por un camino zigzagueante y algo pronunciado, por lo que tuve que separarme de mis compañeros ya que iba con mayor velocidad para no tener problemas durante el descenso. Al llegar al final del camino, nos reunimos con la gente que nos esperaba en el aparcamiento para realizar el camino de regreso hasta nuestras casas, con lo que procedimos a despedirnos y esperar a reencontrarnos en las próximas rutas que a posterior seguro que realizaremos.
La hoya de la Laguna de Peñalara, al fondo, Cabezas de Hierro.
Primer repecho superado, al fondo el camino recorrido.
Diferentes vistas de los Lagos.
El grupo en la Laguna de los Pájaros.
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